Frente a los gurús de la reinvención y los mensajes positivistas, mi sugerencia es que analicemos con realismo la situación y pasemos a la acción innovando en aquello que mejor sabemos hacer. Probablemente este mensaje no está de moda, pero aspiro a compartir alternativas que van más allá de montar una tienda online que compita con Amazon.
Cuestión de tiempo
Para hablar de reinvención vamos a viajar al pasado. Concretamente a la Thinking Party organizada por Fundación Telefónica en 2012. Entonces, Luis Rojas Marcos establecía que la reinvención se da cuando una persona, estimulada por un elemento externo, enfrenta un cambio importante en su vida. Por su parte, un trascendental Mario Alonso Puig matizaba que la reinvención consistía en la búsqueda de nuestro propio ser.
Sin embargo, en el S.XIX, Charles Darwin anticipaba en El origen de las especies que sobreviven aquellas que se adaptan mejor, no las más fuertes. Para el científico, la capacidad de adaptación de los seres vivos está condicionada por factores como la plasticidad, la selección natural o la aptitud.
La reinvención puede entenderse, entonces, como una forma más profunda y lenta de adaptación al cambio que exigirá tiempo y recursos. En mi opinión, la adaptación es una fase defensiva y previa a la reinvención. Por lo tanto, la única diferencia entre una y otra es la urgencia que las condiciona. Si la supervivencia está en juego, llegará antes la adaptación.
Hemos ganado tiempo y hemos perdido mucho más. Invertir ese tiempo en innovar en aquello que sabemos hacer mejor es el remedio para pasar a la acción. Además, quien antes se adapta, antes se carga de motivación y revive.