¿Tiene salida un líder cuestionado como Boris Johnson?

El liderazgo está sujeto a evaluación continua, igual que los estudiantes. El liderazgo debe superar pruebas decisivas, pero mantenerse estable durante el tiempo que dure su ejercicio, porque el quehacer cotidiano también condiciona su éxito. Un liderazgo cuestionado es, probablemente, uno de los escenarios más temidos por cualquier persona con responsabilidad.

Actualización 7 de julio de 2022.

Boris Johnson ha presentado su dimisión como primer ministro. Algo que… se veía venir. La presión dentro de su partido ha sido insostenible para ¿el líder? británico, tras una cascada de escándalos y renuncias de su propio gabinete como protesta. En este artículo expliqué las tres posibles salidas que tenía Johnson. Una de ellas era la dimisión.

The Times, instantes después de la dimisión del primer ministro.

Sigue leyendo el post original:

Recientemente, el primer ministro británico, Boris Johnson, se ha sometido a una moción de censura interna que ha superado por los pelos. Pero tenemos casos más cercanos que evidencian la fragilidad del liderazgo. Por ejemplo, el rey emérito español. Si quebrantas la confianza, traiciones y defraudas a tus seguidores, el liderazgo se diluye. Dejas de encarnar un comportamiento referente y ya no eres un modelo a seguir.

Si un liderazgo se ve cuestionado, una de las primeras preguntas que debemos responder es: ¿quién está cuestionando?

  • Si son los de arriba, date por muerto o espera un ascenso con regusto de cese. Las grandes organizaciones tienden a reubicar en puestos jerárquicamente superiores pero irrelevantes como fórmula.
  • Si son los de abajo, ve cavando tu propia tumba.

En cualquier caso, tiene mala pinta.

Cómo salir del atolladero

Como ya hemos adelantado, el cuestionamiento del liderazgo suele tener origen en nuestro comportamiento. Si una conducta ha defraudado, existen tres opciones:

  • Tirar de honestidad y dimitir. Algo reservado a las minorías.
  • Manifestar nuestra disculpa de forma genuina. Y no sirve decir “no volverá a ocurrir”. Se trata de especificar qué harás para repararlo, porque ahí radica el verdadero valor de la disculpa.
  • Esperar a que las aguas se calmen. Spoiler: nunca se calman. Esta opción implica alargar la agonía y confiarse a que lo fortuito resuelva lo irresoluble.

Durante el torneo de Roland Garros, un familiar me decía: “Ojalá Rafael Nadal no nos defraude”. Y entiendo lo que quería decir. Vivimos en una realidad convulsa en la que nadie vive exento de caer en la tentación de lo prohibido.

En mi opinión, solo alcanzan la consideración de honestos quienes han rechazado la tentación manifiesta y abrazado sus valores personales y profesionales. El resto es una mayoría que se jacta de su honradez, pero nunca tuvo la oportunidad de demostrar su honestidad porque no tuvo cerca la tentación.

Receta del liderazgo saludable

Si el liderazgo ya está en horas bajas, es complicado salir indemne. Sin embargo, puedes adelantarte a ese momento crítico y trabajar de forma constante para sostener un liderazgo saludable. Estas tres pautas te marcarán el camino:

  • Fomentar el conocimiento mutuo a través de herramientas de inteligencia emocional y gestión de equipos.
  • Alinear los valores personales con los profesionales y organizacionales, y extender esa tendencia al resto del equipo.
  • Ser genuinos. Esta es, sin duda, la mejor herramienta para gestionar la adversidad.

Foto portada: Europa Press.

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Marcelino Gilabert

Marcelino Gilabert

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