Zelenski es el líder que todos queremos en nuestra empresa

Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, está asumiendo un rol de liderazgo reconocido y aplaudido por la comunidad internacional. Zelenski personifica la valentía que exige un liderazgo rotundo; por lo tanto, el tópico que defiende que en los escenarios más complejos se evidencia la presencia de un verdadero líder, se cumple.

No conozco al presidente ucraniano y esta reflexión está exclusivamente cimentada en la observación de los comportamientos que han trascendido mediáticamente. Por lo tanto, es un análisis de mínimos. No obstante, después de observar por esa rendija, veo claramente que Zelenski encarna a la perfección el liderazgo que ya quisiéramos para nuestros entornos de gestión.

Predicar sobre cómo ser un buen líder es sencillo, lo difícil es serlo. El liderazgo no se mide por lo que se dice, sino por lo que se hace. Y de acciones vamos a hablar.

El presidente ucraniano es un buen comunicador y su pasado como estrella televisiva lo avala. Esa cualidad le permite transmitir con emoción y cercanía lo que está sufriendo su país y se convierte en un referente para quienes lo necesitan. “Por encima de mis intereses particulares, están los generales”, repite constantemente. Y así, se convierte en el pueblo.

¿Qué otras acciones sostienen su liderazgo? Son estas diez:

  • Dar ejemplo. Todos los varones de entre 18 y 60 años están obligados a quedarse en territorio ucraniano y defender su país. Él da el primer paso, se queda, y va más allá: también se queda su familia. Él cumple primero.
  • Visión positiva. Todos sus mensajes terminan igual: “No podrán con nosotros”. Además, están regados con la confianza de que el pueblo ucraniano, si permanece unido, será capaz de repeler la invasión. Se muestra siempre dispuesto y alardea de estar en sintonía con los criterios del bloque occidental.
  • Comunicación eficaz. Emplea todos los recursos técnicos a su alcance para que lo escuchen el mayor número de personas: redes sociales y medios de comunicación nacionales e internacionales. Además, usa un lenguaje sencillo y evidente: todos y todas entendemos perfectamente qué quiere decir Zelenski.
  • Influencia hacia arriba. Involucra tanto a la Unión Europea como a los estados miembros de la OTAN en sus acciones. Quiere hacerlos partícipes de su compromiso con la democracia y las libertades. Tal vez, su talón de Aquiles está en la incapacidad de trasladar una alternativa en la que todos ganen con su anexión a la UE y a la Alianza Atlántica, que hoy por hoy encuentra más inconvenientes que ventajas.
  • Influencia hacia abajo. Se dirige a su ciudadanía con persistencia, tratando de inocular el deseo de defender su patria. ¿Merece la pena entregar vuestra vida? Les pregunta a los militares rusos. Y también habla para las personas voluntarias de occidente, a quienes anima a sumarse a la defensa de Ucrania esgrimiendo valores asociados a la justicia social.
  • Capacidad negociadora. Zelenski está escuchando al adversario y esa capacidad inusitada para atender las diferentes opciones y negociar la paz es ejemplar. A pesar del chantaje que supone la invasión y el ataque indiscriminado ruso, el presidente tiene una inmejorable disposición para la negociación.
  • Mando, control y legitimidad. Está orientando con firmeza y autoridad a la población civil y militar para que defiendan los intereses generales del país.
  • Capacidad para tomar decisiones. Probablemente la parte que menos ha trascendido públicamente, pero determinante para soportar la agresión y seguir peleando para resolver el conflicto.
  • Liderazgo de equipo. Zelenski ayuda a su pueblo y a su equipo directo a superar los temores. Les ha dicho con claridad qué tienen que hacer y por qué es importante que lo hagan. Les anima a ser héroes y se enorgullece de ellos. 
  • Promueve el sentido de pertenencia. El poder de la unidad, la defensa de lo propio, la cooperación y el valor de la diversidad para alcanzar un objetivo compartido respaldan todos sus mensajes.
Photo by Yohan Marion on Unsplash

En conclusión, Volodimir Zelenski está logrando que su pueblo haga lo que él quiere, pero integrándolo como un deseo propio. En oposición a Putin, un líder calculador y reconcentrado, está el ucranio: empático, emotivo y temperamental. Zelenski es uno de los exponentes más claros de liderazgo y ejercicio de la influencia actual. Ahora solo queda esperar a los resultados. Sean cuales sean, cuando un líder hace lo que debe hacer y presta atención a cada paso necesario para alcanzar un resultado, los resultados llegan. Esperemos que así sea.

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Marcelino Gilabert

Marcelino Gilabert

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