Te pierden las formas, Elon

Estilo de liderazgo de Elon Musk

Es probable que el dueño de Twitter sostenga sus decisiones, por más polémicas que sean, en una estrategia. La red social es un pozo sin fondo de dinero. Para el año fiscal 2021 registró pérdidas de más de 200 millones, pero es que el año anterior esa cifra fue cinco veces mayor. Es lógico que lo primero que quiera solventar sea esa debacle.

No obstante, Musk no ha sido muy transparente en los planes que tiene para la red social, salvo que va a reducir la publicidad y la moderación de contenido. Pero sí ha lanzado algunos titulares, como que quiere convertirla en “la plaza digital del pueblo”, y que aspira a transformarla en la “aplicación para todo”.

Claves de productividad

Planes y objetivos parece que tiene. Acumula también trayectoria como líder empresarial de Pay Pal, Tesla, Space X u OpenAI, de manera que habrá que concederle el beneficio de la duda. Incluso en alguna ocasión, el multimillonario ha desvelado cuáles son sus claves de productividad:

Yo las suscribo todas, pero fallan las formas.

El fondo y la forma

Musk acudió a su primer día en la sede de Twitter con un lavabo en brazos. Despidió a la mitad de la plantilla por correo electrónico. Después, dio un ultimátum (también por correo electrónico) a la otra mitad, a la que invitó a bajarse del barco si no estaba dispuesta a trabajar de forma “extremadamente dura” para construir el nuevo Twitter.

En menos de 36 horas se produjeron cientos de renuncias. Antes de comprarla, en la red social trabajaban 7.500 personas, ahora lo hacen menos de 2.000.

Según Paul Arden, “pocos ricos y poderosos sobresalen por su simpatía, talento, cortesía, encanto o belleza”. Musk parece confirmar algunas de esas presunciones. De hecho, su reacción a todo este berenjenal ha sido publicar memes y mensajes irónicos en su perfil.

Por su parte, Marcos de Quinto dice que las personas no huyen de la empresa, sino de su jefe. El caso de Musk es un buen ejemplo.

Un estilo de liderazgo a contracorriente

Lo más sencillo es lapidar al más fuerte y al que más tiene. En parte como ejercicio de solidaridad con los más débiles. Pero el que más tiene, lo tiene por algo.

En mi opinión, el liderazgo ejemplar del S. XXI va por unos derroteros muy diferentes a los que usa Musk. Yo lo resumiría en conjugar un sano equilibrio entre la gestión de los asuntos y la gestión de las personas que funciona aplicando tres conceptos: límite, premio y castigo.

Son las mismas reglas que he aplicado yo como padre. Si lo eres, seguro que te sonarán:

Límite

Estableces una frontera que nadie podrá traspasar.

Premio

Felicitas a las personas cuando hacen algo bien.

Castigo

Señalas errores sin culpa, porque después habrá un aprendizaje.

En otros artículos he perfilado los estilos de liderazgo de personas como Boris Johnson, Zelensky o Putin. Sin duda, Musk es un modelo complejo y difícil de encasillar (aunque encontramos en él rasgos inequívocos de líder autoritario). Veremos cómo evoluciona su nuevo reto.

Soy Marcelino Gilabert y puedo ayudarte a mejorar tu organización, la gestión de tu equipo, la toma de decisiones y otros procesos empresariales.